viernes, agosto 15, 2008

Un tostado, por favor

Le chorreaba pus por la mano. Las gotas amarillas con reflejos verdes y anaranjados le recorrían la muñeca a la vieja de 80 mil años que recién subía al subte y ella, con una delicadeza enfermante, las secaba con una servilleta Susex que para esta altura tenía el color de las agendas de papel reciclado que uno compra para sentirse mejor persona.
La señora traía una cartera enorme pegada a la barriga, se sentó a mi lado, agarrándose del palo metálico y dejando en él una marca asquerosa y húmeda con todos sus desechos purulentos.
No podía evitar mirarle la mano. En lo que sería el muslo del dedo gordo, ese espacio que solemos apoyar en la mesa para tipear en el teclado, esta vieja tenía una ampolla en la que podía bañarse un chihuaha de pelo corto, totalmente repleta de jugo infectado. La solución que la señora se había encomendado era la de apretar los alrededores de la ampolla para que ésta vomitara todo el líquido que ahora seguía chorreándole por la muñeca. La apretaba y la exprimía sin siquiera mostrar una mueca de dolor o una arcada desagradable. Recé a todos los santos porque la muy conchuda sacara una curita y acabara con el sufrimiento de los curiosos que no podían siquiera quitar los ojos de su fuente de pus virgen.
La piel de los bordes ahora estaba siendo arrancada por la vieja. Lentamente peló la ampolla, dejándola rosada y amarilla, a la vista de todos. Tranquilamente esa imagen podía compararse al relleno de un tostado de jamón y fiambrín bien derretido y sin el pan. Claro que en caso de ser comido, el pus no mentiría sobre su consistencia, diferenciándose recién ahí de la buena feta de fiambre.
Con la mano que le quedaba libre, la pusulenta abrió la cartera y sacó una crema. El subte estaba lleno y expectante. Abrió el pomo con violencia y descargó abundantemente su contenido blanco sobre el charco de fiambrín derretido. La sensación de ardor me causó una especie de tirón conchal que solo logré calmar apretando bien fuerte la costura del jean contra mi entrepierna. Mi mirada seguía los actos de la vieja con el interés que solo me genera jugar a El Gran DT.
Con la crema puesta en forma de tubo sobre la ampolla desarmada, la señora comenzó ahora a masajearse la mano logrando que por primera vez apartara la vista de su proceso de curación, no podía tolerarlo. Frotaba y frotaba ensuciando de amarillo a todo el resto de su manopla, que ahora estaba color patito deprimido portador de HIV. El olor a pus y diprogenta se estaba esparciendo ferozmente por el vagón. Con el dedo índice la añeja dama presionaba fuerte el centro del dolor, empastando bien todo el agujero ampollado, terminando la limpieza sin dejar un solo espacio sin crema.
Ahora esa mano no podía sostener la cartera, entonces la cambió de mano en el preciso momento en que le tocaba bajar. Sus piernas viejas no tenían la fortaleza suficiente como para levantarse del asiento sin una ayuda extra, así que apenas el subte estacionó, la mujer cruzó su mano asquerosa por delante de mi nariz, tomó el palo metálico nuevamente, dejando otra vez su huella impúdica marcada a base de crema en el subte. Logró al fin levantar el orto, las piernas y su propia vida, y se alejó del subte, ya no chorreando ni desgarrando su piel como un jerbo enfurecido, pero dejando abandonado el recuerdo firme de su propio masoquismo en mi mente perturbada y mórbida. Ahora al menos tengo claro que nunca comeré un tostado de fiambrín en mi putísima vida.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

durante toooooooodo el relato me tape la boca y no deje de emitir un ahhhhhhhhhh, creo que si la metamorfosis la hubieses escrito vos seria mas intolerable de leer, por los detalles tan graficos que soles describir.
Sos una escritora de la reputisima madre...y lo mejor es que ademas sos copadisima, creo que te estoy extrañando una banda.
Dami

Desvest dijo...

Seguís siendo tan desagradable como siempre eh jajajajaja
Un besote Meli!!! que andes bien =)

Anónimo dijo...

azzzzzzzzcooooo
asi con zzzzzz

por dio!
yo me levanto y me corro de al lado de la mina, o no miro...pero bueno, solo a vos te pasan estas cosas, gracias a dios tenes el don para compartirlo con todos nosotros!


te adoro!
y escribi mas seguido!!!!


muacks!

Anónimo dijo...

q asco boluda
casi lanzo
me dan arcadas y meq uedo sin aire como una bobaaa


no puedo creer q sucedan esas cosas


te adoro

Anónimo dijo...

yo tampoco puedo creer q te pase esto
es totalmente asqueroso
lo lei con mi hna y tb le dio asco
jaja
te adoro
odio a mi sista q me rompe las pelotas
jajaja

beso

el_iluso_careta dijo...

existe el tostado de fiambrín????

me el mismo asco pensar en él aún sin leer lo tuyo...jajaja

Leonardo Ferri dijo...

Sentí un inexpugnable y genuino asco

Isabelle Nieto dijo...

me dio la misma "especie de tirón conchal" mientras leía... muy bueno!