jueves, septiembre 11, 2008

El robo imperfecto

Era muy simple. Tenía que ir al supermercado chino sola, sin supervisión masculina y comprar manteca, leche, batatas, pollo y servilletas de papel. Bajé enroscada en mi pullover negro y preocupada por que no se me volara el flequillo que tanto me cuesta amoldar.
Entré al chino y arranqué por el pollo, algo que ya me predispone mal porque no hay nada más incómodo para una mujer con tetas que tener que pedir “dos pechugas”. Es como una invitación a la sonrisa y la mirada tetal, como un autobombo bizarro en el que solo yo participo. Lo hice y colgué la bolsita con ambos pechos de pollo de mi brazo izquierdo.
Tomé la manteca, la leche, una Pepsi con la promoción loca del festival de música solo porque era parte de esa promo y no puedo evitar tener la esperanza de ganar algo destapando una botella, también agarré dos chocolates y llené una bolsa con 5 batatas. Agarré un frasco de café instantáneo de los más chiquitos, lo puse bajo mi brazo porque ya no tenía manos libres y seguí hacia la caja.
Me cobraron tranquilamente y salí a la calle cargada como un container de escarpines. Me sentía orgullosa de mí completando una tarea y encima llevando cosas que estaban fuera de lo planificado. Me había convertido en una gran improvisadora de súper… hasta que me di cuenta de que me había robado (ROBADO) el pote de café.
Estaba parada en la puerta del supermercado. El chino me miraba desde adentro y yo no sabía realmente por qué, pero mi cerebro solo indicaba una cosa: el oriental está vigilando que no me vaya mientras llama al 911.
En mi conciencia solo resonaba este dilema: “¿Vuelvo a entrar y le digo que me equivoqué, que no fue intencional y que me cobre ahora mismo así dejo de sentirme una pelotuda? o ¿robo el frasco definitivamente, cruzo la calle entre taxis con el riesgo de morir y a partir de mañana cambio de súper? Cambiar de súper me daba paja, entonces mi angelito bueno respondió. Volví a entrar al supermercado con la cara color bordó y el pote de café temblando en la mano. Era una ladrona arrepentida, un fiasco triste, un delito inacabado.

- Me llevé esto abajo del brazo sin querer – le dije al chino que no entiende nada más que dos oraciones: “¿Cuánto pesa” y “¿Cuánto sale?”.
- No impota no impota no impota no impota – repetía frenéticamente mientras pasaba el producto por el confirma-precios
- Te juro que fue sin querer, no me di cuenta – continuaba yo, casi llorando
- Ja ja ja – rió el chino, demostrando claramente que no me había creído

Pagué 4 pesos con 50 centavos por mi café instantáneo que ni siquiera es apto para consumo urgente porque viene sin azúcar. Ahora no solo tengo un café que me da diarrea, sino que el chino cree que soy una ladrona sin cojones. Subí a casa sonriendo y al abrir la puerta noté que había olvidado comprar las servilletas de papel. Por tercera vez en 20 minutos volví al súper al que había casi robado. Esta vez la tarea fue terminada con éxito.

13 comentarios:

Unknown dijo...

CUANTO PESA! CUANTO PESA!

Julián Torrado dijo...

Bueno por lo menos se copó. La china de la otra cuadra de casa (cuando vivía en Beccar) te eructaba en la cara, invitándote a jugar a "adiviná lo que acabo de comer"

Muy honesto lo tuyo, che.

Anónimo dijo...

algunos chinos no, pero conozco un par que son una maza, si leiste bien, tienen buena onda, hacen chistes y encima se rien en serio de los tuyos...que enigma no?

Anónimo dijo...

la tarea final llevada a cabo con exito fue afanarte las servilletas?? jajaj

cuando lei en el msn el nombre del post pense q era lo de tu madre pero bueee
te pasan todas nena!

nos vemos pronto,
espero


te adoro

Tincho dijo...

Melina: Hace mucho que leo lo que escribís, y la verdad que me parte la cabeza. Te felicito de verdad. Un saludo.

porteña dijo...

Monsieur: Usted sabe demasiado jaja.

Chulian: Honestidad... sí.

Dami: Comportamiento chino, interesante. Podemos venderlo.

Patito: No lo pensé, pero podría haberme robado las servilletas aunque son un producto algo extraño para esconder (vienen de a 3)

Tincho: MeliSa, no "Melina". Empezamos mal.

Tincho dijo...

Perdón pero estaba recientemente amanecido. Disculpas otra vez.

porteña dijo...

Tincho: La sensación de culpa se siente bien, no? jaja Disculpas aceptadas.

Maichus* dijo...

honestidad brutal!

q tanto hace falta en estos tiempos...

Anónimo dijo...

jajaja no tenes los huevos ni para robarte un frasco de cafe...diosss, no sos mi hermanaa!!!
jajaj

mercu7 dijo...

A mi me paso lo mismo, pero con un cactus :S te juro. En una feria horrible de ese tipo que te llevan tus padres cuando no tenes voz ni voto.
Salimos del invernadero sombrio y no habia pagado mi pequeña planta desértica.
Orgulloso robo inocente =)

N. Feranna dijo...

El chino de mi cuadra me hubiera disparado. Es así de amigable.

Confío que algun día aparezca muerto en algún ajuste de cuentas mafioso y me pongan un Eki descuento cerca de casa.

Isabelle Nieto dijo...

yo ayer me olvidé de pagar el pasaje de colectivo y me di cuenta recién en casa... Pero no me arrepiento porque escasean las monedas ;)