Me auto escupí de la cama con ansias de estar sangrando considerablemente, tanto como para desmoronar la paranoia maternal que me aqueja cada vez que llega la fecha de indisposición. La desilusión me abarco entera cuando descubrí limpia mi bombacha, limpia la cama y limpio el cielo y un calor de cagarse.
Como siempre, Buenos Aires me sorprendió gratamente cuando la vieja que me acecha desde el día en que no la quise como abuela estaba en la puerta de mi casa, mirando recuerdos de la ciudad en un local de baratijas. Miedo. Sentí olor a vieja, olor a concha de vieja sudada y nerviosa y con ganas de gastar. El peor olor del mundo.
Un antojo pre menstrual de fruta me llevo al supermercado a comprar bananas. Dos. ¿Por qué dos? Porque lamentablemente, vivimos en una ciudad donde los argentinos escasean y donde la comunicación es cada vez menos factible. No hay chances de que un chino con el pelo pintado con papel celofán rojo, que escucha cumbia en chino y come arroz 3 de las 4 comidas del día, me comprenda cuando le pido UNA banana, entonces, para evitar confrontamientos, simplemente le apunto la fruta y el me da TODO el montón de esa fruta que este donde mi dedo se dirige.
Para darle a mi futuro mediodía un poco de gusto salado, mi camino me llevo al kiosco a comprar un paquete de galletitas de marca muy conocida.
-Ahí tenes las Clu Socia
-…. Pizza…. Queso…. Jamón…. ¿Normales no tenes?
-Cuando tengas un kiosco vos, vende las que vos quieras.
Y me lleve las de Pizza. Esas, las que tienen un color como de vomito de ají molido con bilis y huelen desde muuuy lejos a pizza y desde muy cerca de meo de linyera.
Una vez comprado el almuerzo, me subí al repleto 124 esperando alguna tocadita de teta de algún viejo oficinista, me baje donde siempre y una hija de puta me tentó con una cepita fría de manzana. Chorreaba hielito. Nuevamente, pero en el mundo del Patio Bullrich, entre al kiosco.
- ¿Me das una Cepita de manzana?
- Si, dame que te voy cobrando, es $1,20
Me cobro, me dio la Cepita, y como yo vengo de Quilmes, el campo, donde uno no tiene que confirmar lo que compro ni su vuelto porque nadie te va a cagar, estamos ya todos cagados, pero acá es diferente. Habiendo caminado 2 cuadras y a tan solo 1 del trabajo, metí la pajita como puta retenedora de clientes y… era de naranja. Una recalcada mierda de jugo de naranja. Me sentí violada. Estafada. Encima la naranja me da diarrea. Que viva la fruta.
6 comentarios:
trata de comer un poco mas sano...si no entre el calor y la mierda que venden en los kioscos... te vas a ir por el inodoro...jaja
jaaaa..dichoso quien se va por el inodoro.........
son antojos pre menstruales.....salados....dulces.....y hasta con olor a pis de linyera....antojos al fin
mel, vos la limas...y cada dia mejor!!
te amoo zuripanta de ciudad!!
mua!
hay que mirar antes de comprar, no te olvides que por donde vayas esta lleno de argentinos cagadores
sabelo...se viene el compilado de grandes frases de complicadaehisterica... y si es un éxito no vas a ver ni un centavo ..jej
beso nenaaa
mel mel mel..
nenaaaaaa
porke me haces reir tanto..
hacia mil q no entraba a tu blog..
cuidate y segui asi
jajaja...por qué la desgracia ajena causa tanta gracia? la verdad que no lo se. Quizá porque hacen olvidar las desgracias propias, no? distrayendose de la vida de uno para ver los problemas de una PORTEÑA (!)...
Igual, si todo esto es una mierda...porque complicarse? Tenés el vaso mitad vacio??? o la Cepita no era de manzana? Te queda la experiencia para la próxima.
Siempre me alentaron a ser más positivo! Ojala que alguna vez te sirva!!!
De todas formas, esa manera de hablar y de mirar al mundo atrae a la gente! Da gusto leer tu blog.
Resumiendo...seguí asi Mel! jaja
Iván
pd: tu amiga (...?) juli tiene toda la onda!
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