sábado, octubre 30, 2010

La “Pre-Menstrualidad”: Un problema de todas


Por PRE-MENSTRUALIDAD entendemos a la semana anterior al inicio del ciclo menstrual. Puede extenderse a los 10 días previos a la caída de la primera gota sangrante, pero si usted, joven dama, toma pastillas anticonceptivas, le aseguro que exactamente 7 días antes de su ciclo comenzará a personificar las atrocidades mentales siguientes.

¿Cuáles son los síntomas?

Primero comenzará a notar cierta paranoia. Todo lo que antes le producía nulo efecto, será ahora el cimiento de una duda. Por ejemplo, si usted antes no recibía un mensaje de su pareja estable antes de dormir, usted dormía igual. Si, por el contrario, usted no recibe un mensaje de su pareja estable antes de ir a dormir durante el período premenstrual, su mente elucubrará que el muy sorete la está cagando con todas sus ex parejas. Usted dudará del amor, de las frases cariñosas. Paranoiqueará que todo el afecto que se le dé durante esa semana será porque “algo habrán hecho”. Llorará a escondidas por la muerte de la arañita de la pared a la que vio crecer las últimas dos semanas. Su sensibilidad estará permeable a pelotudeces de amplio espectro.

Durante la pre-menstrualidad usted se sentirá insegura. La ropa que siempre usó le quedará mal (en su mente). Dudará de su relación de pareja, de su reciente convivencia y hasta de la factura de teléfono, maquinando con que este mes seguro vino más cara porque el hijo de puta de su marido claramente llamó a su amante checoslovaca más de una vez por noche.

Se verá gorda y será un imán de películas románticas. Llorará hasta con la caída de las ojas en otoño, pobrecitas, no merecen morir por culpa de una estación. Se emocionará con la muerte de personalidades famosas internacionales caninas y quebrará en llantos intensos ante agravios hechos en sentido chistoso. Perderá la racionalidad para diferenciar las agresiones reales de los comentarios humorísticos.

El hambre será el medio por el cual usted intentará aplacar la ansiedad generada por todo este malestar. Experimentará el conocido “atracón culposo”: Si la balanza muestra un kilaje insatisfactorio, usted comerá papas fritas de la bronca. Si no la llaman en el horario prometido, usted atacará el estante de los mini Nougatón y, cuando los mismos se acaben, se freirá un filet de merluza, quedando aún con un hambre voraz e intenso. Durante esta semana su nutricionista será la persona más mal parida del universo.

Con el pasar de los días, los síntomas se intensificarán, dejándola a usted en un grado de persecución tan solo comparable al alcanzado cuando queda sola en su cuarto luego de ver una peli de terror.

¿Qué hacer ante estos síntomas?


Usted creerá que su castillo de naipes se desmorona a cada minuto, sin embargo hay una solución: Así como Dorothy en las tierras del Mago de Oz golpeaba sus zapatitos y aparecía en su hogar, feliz y fuera de todo peligro, usted tiene el poder de recordar que es esta semana, tan solo esta semana, en la que será tan desdichada. A cada momento de paranoia frénelo con la memoria. Dígase a sí misma: “Ya va a pasar, estoy siendo muy imbécil”.

Descrea de sus instintos estos 7 días. La solución está al alcance de sus manos. Y, como consejo final: tenga a mano el teléfono de una amiga. Su hombre no merece ser el catalizador de esta semana funesta, recuerde que una vez por mes hace un total de 12 (D O C E) semanas anuales en la que usted pude pasar de ser el amor de su vida a una infumable. Si necesita culpar a alguien, culpe a Dios. Él, después de todo, nos hizo ovárico-dependientes.