viernes, diciembre 22, 2006

24

La vida es como una extensión del campeonato de Estudiantes. El mundo es rojo y blanco... y ese verde de mierda que nunca se va. Aunque los países periféricos de San Fernando, San Isidro y Falabella se empecinen en hacernos creer que el plateado y el dorado pueden reemplazar al árbol de Navidad que tanto trabajo te costo poner derecho adentro de la maceta de todos los años, Buenos Aires toda esta vestida para recibir a Papa Noel el 24 de Diciembre.
Papa Noel es un viejo realmente muy pelotudo. Ya de por si lo pelotudizan en toda película alusiva a la fecha, si, esas que Telefe estrena cada año a partir de las 15 cuando ya solo podes pensar en comprar el petardo que mas le arruine la casa el forro del vecino de al lado que te tira bombitas en Carnaval.
Convengamos que a las 22, ya habiendo comido desde las 20 como un cerdo, habiéndote embarrado hasta el clítoris de vitel toné que encima tuviste el tupe de decir que tenía mucho vinagre¨, ya digeriste gracias a las pasas del pan dulce de Terrabusi al que muy minuciosamente te encargaste de extirparle cada fruta secada al sol sobre el pecho peludo del hombre de las nieves. Ya estas comido, cagado y con un sueño tan profundo que realmente no te molestaría perderte esta fiesta del demonio en la que todos los primos, tengan la edad que tenga, reciben un par de medias compradas en la feria o al por mayor en Retiro Shopping.
Pero no. Este suceso, aunque cada año sea igual al anterior, hasta con reproducciones exactas de diálogos, caras y árboles, es totalmente imperdible.
Se hacen las 00. Mama, la única de corazón cristiano, corre a buscar al Jebus que tenia escondido en el cajón de la cómoda siguiendo la tradición de que si el pendejo nace a las 12 no tiene por que poronga estar en el pesebre antes de ese momento. Mientras tanto todas las tías van empezando a comer 567 pasas cada una para que la buena suerte les permita seguir indisponiéndose a la vez que las primas mas chicas se van al baño a cambiar la bombacha no por olor a Navidad, sino porque si la bombacha no es rosa, podes morir virgen en una alcantarilla de la ciudad.
Papa descorcha y descorcha. Le cabe descorchar. Casualmente todos los corchos te pegan en la geta, creando aureolas rojizas y haciéndote ver como el Reno Pajero de Papa Noel que tambien tiene tu misma cara de orto. Las copas se juntan en medio de la mesa, papa se esfuerza por llenarlas todas de una sin manchar el mantel, hecho que nunca llegara a su complecion y terminara haciendo que la abuela se saque, revolee tres trompadas y se niegue a servir el postre en ese mantel de mierda.
Pitos y trompetas, volvemos a confiar en Crónica TV para el momento exacto de brindis. Con cada copa medio llena, nos miramos a los ojos, algunos medio en pedo, otros ansiando el momento de irse y el resto con los petardos a medio prender metidos en el culo, esperando que se vacíe alguna botella para usarla de cohete de cañitas voladoras que tienen como cometido destruir los autos de la cuadra.
El primer Feliz Navidad se escucha desde afuera y se hace eco en el comedor donde estas arrodillado en la silla con la copa en mano. Las almendras con chocolate salen de su escondite, el teléfono se colapsa, no funcionan los celulares, la calle es un quilombo y el miedo invade a tu perro que a solo 3 minutos de las 00 ya tiene diarrea. Festejemos, el lunes no hay que trabajar.
Feliz Navidad para todos.

miércoles, diciembre 13, 2006

Rinocerontes meadores

Aun no es verano y las tetas ya parecen engrasadas con aceite Jhonson, los pelos de las piernas depiladas con gillette crecen cada vez mas duros y mas rápido y mientras todo esto ocurre, vos vas caminando por Corrientes, te miras de reojo en una vidriera y te ves el bigote con una línea de transpiración marcado a fuego sobre tus labios. Solo cruzarte a Lucho Aviles podría empeorar tu día, bueno... quizás Fabián Vena también.
Podría pasar muchas líneas hablando de los 35 grados de temperatura que nos acechan estas semanas, pero como va a empeorar y durar por varios meses, de hecho, casi hasta mayo, recordemos que en Buenos Aires ya no existe la primavera ni el otoño, es todo una masa uniforme de verano del orto e invierno frígido, por ende, por todo lo dicho, no me explayo sobre el calor, no por ahora, no hasta que hayamos muerto fritos en nuestra propia grasa, producto de la nueva hamburguesa de Burger King que es orgásmica, realmente.
En un arranque de menopausia por error o miedo a la muerte cercana, corrí al vivero y compre tierra, macetas y flores. Me senté en el living y con tijera en mano y lombrices desvirgándome las orejas, hice mi jardín. Una cosa bella, rosada y con conejitos (nombre imbecil para una flor que parece que le colgaran escrotos). La tarde adorno a mi jardín con sol, con una calida brisa, ayudándolo a regar mi casa de olor a barro. Fui feliz... hasta la lluvia. El conejito esta ahora garchandose al del piso 1 después de que ayer salio volando y se automutilo en la reja de mi terraza y las demás flores, lejos de ser flores, muestran tallos verdes, casi como violadas y algo como una masa uniforme que bordea la maceta, muy similar a la grasa que le chorrea a Carna (recuerden que Carna salto a la popularidad cuando elaboro la majestuosa frase: "Carna... clin!").
Alguien que me vio sufrida, llorando por mis pimpollos, me propuso una solución para los días de calor e inactividad: Anda a una pileta. Yo ahora me pregunto: Es realmente necesario pasar mas de 3 horas en un cuadrado profundo rebozante de meo de infante y culo mal limpiado de hombre solo porque hace calor? Para que invento Jebus la ducha? EH?? EHH??
Una llega a la pileta, intenta robarle alguna sombrilla a alguno que se haya ido a Sevilla (encuesta: quien fue el primero en irse a Sevilla y perder su silla?), pero sin éxito, termina ubicando su toallon, su único toallon, en el pasto. Luego de unas horas, los mosquitos te están chupando la menstruación del mes que viene del hambre que los agobia, los infantes re reproducen, el olor a orina ya es como colonia para tu cuerpo insolado y tu toallon esta verde y mojado. Te tiras a la pileta del horror solo para descubrir que esta tibia y amarilla y que todos sabemos por que. Haces un largo esquivando a las parejas que están haciendo mas bebes, a las viejas que hacen gimnasia para levantar sus ilevantables muslos y a los grupos de adolescentes pusulentos que amagan a tocarte el culo sin temor de volver a su casa con una paleta de menos. EL estrés te consume. El calor no se va y encima ahora estas realmente meada por miles de personas.
Finalmente me decido por la ducha. Guardo mis bronceadores y mi agua hirviendo en el bolso, me calzo el toallon verde en la cadera, y mientras camino me voy respondiendo las preguntas anteriores sin dejar espacio para ninguna duda: No, asistir a la pileta no es necesario.

miércoles, diciembre 06, 2006

Multifrutas del horror

Me auto escupí de la cama con ansias de estar sangrando considerablemente, tanto como para desmoronar la paranoia maternal que me aqueja cada vez que llega la fecha de indisposición. La desilusión me abarco entera cuando descubrí limpia mi bombacha, limpia la cama y limpio el cielo y un calor de cagarse.
Como siempre, Buenos Aires me sorprendió gratamente cuando la vieja que me acecha desde el día en que no la quise como abuela estaba en la puerta de mi casa, mirando recuerdos de la ciudad en un local de baratijas. Miedo. Sentí olor a vieja, olor a concha de vieja sudada y nerviosa y con ganas de gastar. El peor olor del mundo.
Un antojo pre menstrual de fruta me llevo al supermercado a comprar bananas. Dos. ¿Por qué dos? Porque lamentablemente, vivimos en una ciudad donde los argentinos escasean y donde la comunicación es cada vez menos factible. No hay chances de que un chino con el pelo pintado con papel celofán rojo, que escucha cumbia en chino y come arroz 3 de las 4 comidas del día, me comprenda cuando le pido UNA banana, entonces, para evitar confrontamientos, simplemente le apunto la fruta y el me da TODO el montón de esa fruta que este donde mi dedo se dirige.
Para darle a mi futuro mediodía un poco de gusto salado, mi camino me llevo al kiosco a comprar un paquete de galletitas de marca muy conocida.
-Ahí tenes las Clu Socia
-…. Pizza…. Queso…. Jamón…. ¿Normales no tenes?
-Cuando tengas un kiosco vos, vende las que vos quieras.
Y me lleve las de Pizza. Esas, las que tienen un color como de vomito de ají molido con bilis y huelen desde muuuy lejos a pizza y desde muy cerca de meo de linyera.
Una vez comprado el almuerzo, me subí al repleto 124 esperando alguna tocadita de teta de algún viejo oficinista, me baje donde siempre y una hija de puta me tentó con una cepita fría de manzana. Chorreaba hielito. Nuevamente, pero en el mundo del Patio Bullrich, entre al kiosco.
- ¿Me das una Cepita de manzana?
- Si, dame que te voy cobrando, es $1,20
Me cobro, me dio la Cepita, y como yo vengo de Quilmes, el campo, donde uno no tiene que confirmar lo que compro ni su vuelto porque nadie te va a cagar, estamos ya todos cagados, pero acá es diferente. Habiendo caminado 2 cuadras y a tan solo 1 del trabajo, metí la pajita como puta retenedora de clientes y… era de naranja. Una recalcada mierda de jugo de naranja. Me sentí violada. Estafada. Encima la naranja me da diarrea. Que viva la fruta.