jueves, marzo 15, 2007

"Mañanitas porteñas"

Dìas de lluvia, de nuevos momentos, de momentos cursi, de nuevos horizonetes, de campos y ciudades, de llantos vespertinos, de bolas infladas, de cansancio, de aureolas de chivo abajo de los cachetes del culo y de sudor tetal.
Buenos Aires me mostrò otros vientos campestres. Quien sigue este espacio desde hace un tiempo, bien sabrà que mi cuna materna es quilmeña y que los viajes en el 22 del sur hacia la capital me afectaron psicològicamente al punto de babear cataratas de saliva calentita de madrugada y vomitar en mochilas ajenas sin siquiera pedir permiso. "No hay que cantar victoria", dijo el destino y acto seguido, el muy hijo de prostitutas del Mar Ìndigo me consiguiò un trabajo en Martìnez.
Interesante por demàs es el viaje al fin del mundo, màs interesante es que haya un Unicenter en medio de la zona desèrtica donde los patos sobrevuelan los aires y cagan charcos de mierda que todos ven como algo naturalmente eròtico.
Semanas de adaptaciòn y bùsqueda de alternativas de transporte. Pensè en aviones, en combis, en comprar un auto... o dos, en vivir en el tren, en acampar bajo la Panamericana viviendo de la penetraciòn anal de los transehùntes, pero no. Nada de eso solucionò mi problema: Siempre tardo 1 hora y 15 en llegar a casa, haga lo que haga.
Optè entonces por una combinaciòn de medios en la que tengo la sensaciòn de tardar menos: Camino 4 cuadras con un petardo entre las tetas hasta el subte Linea D de Facultad de Medicina, bajo en Congreso de Tucumàn y me tomo el 60, colectivo veloz cual oveja obesa adicta a Mc Donalds. Lo curioso es el nombre de la parada en la que me bajo, creo que su nombre me sirve de catarsis, creo que es un mensaje de Jebùs que me dice que tengo razòn, que sì, es lejos... es.... "El Fondo de la Legua". De solo tocar el timbre para bajar ya se te frunce el ojete y el Supradyn de vitaminas de colores que tomaste a la mañana para sentirte poderosa ya quiere salir, pero por la vìa incorrecta.
Hoy fue un dìa especial. Me levantè chivada, me bañè y una sensaciòn màs allà de los gases me invadìa. Lleguè al subte y habìa demora. Me sentè a esperar mientras un caballero de pelada brillosa se quejaba con el diariero por la cantidad de gente que habìa en el andèn, se ve que al señor no le gustaba que le tocaran el pitito muchas jòvenes universitarias. Llegò el subte. Una estaciòn, otra estaciòn.... Olleros.
Repentinamente la luz se cortò interrumpiendo mi lectura facultativa. El miedo invadiò al vagòn, las viejas lloraban y pedìan a Santo Zapallo Relleno que abriera las puertas. Una vieja de uñas de pies largas como las de los perros bebès, solo que en los perros se ve tierno y en la vieja plenamente vomitivo, sucio y puntapiè a sentir el impulso de arrrancàrselas con los dientes, de a poco, degustàndolas, ponièndolas entre los dientes para sacarme la basura de comida como un escarbadientes humano.
Al salir de Olleros caì en la cuenta de que el 60 no pasaba por ahì, que debìa caminar hasta Juramento y justo en ese instante... comenzò a llover, definitivamente un rinoceronte de 6 porongas grandes como el enano muerto que iba se Susana me estaba meando desde temprano.
Caminè y caminè, me subì al bendito 60 y una hija de puta se puso a leer mi propio libro y tenìa el tupè de preguntarme cosas que no podìa comprender, por imbècil o extranjera. Mi ùnica pregunta hacia ella era còmo hacìa para caber en el asiento del colectivo con el culo paranormal escondido en una pollera blanca que traslucìa hasta los rastritos de mierda de la bombacha de ayer.
Sin màs ni menos lleguè a Fondo de la Legua, bajè feliz y arrivè al trabajo para dar por concluìda la mañana de este puto jueves.
Que viva la vida.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

cante pri!!!! jajajajajaja, no podes tener tanta mala leche...che! me haces cagar de la risa mel.besos

Chelo dijo...

Los q no conocen la zona de Fdo de la Legua deben creerte una especie de William Walace sureña,x la valentia q implicaria frecuentar a diario un lugar con ese nombre. Mejor ni comentar como terminó ese dia tuyo ,no?supongo q los rinos te habran hecho por lo menos recordar con algun incidente q habian orinadote integra.

Leonardo Ferri dijo...

Estás conociendo una realidad que sufro a diario: viajar por una hora para ir a cualquier lado.

Y otra cosa: evidentemente tenés un imán de pelotudos en tus viajes en colectivo. Creo que si alguien me habla le muestro mi peor cara que hago que se baje. Ponelo en práctica.

gen71 dijo...

Si andás por quilmes con ganas de conocer la desesperación extrema, te recomiendo que te tomes el 85 hasta Villa Devoto.
Son como 2 horas y pico de viaje en las que el suicidio aparece como una idea recurrente de escapatoria.
Besos

Santi dijo...

Ta jodido el viaje para vos eh? jajaja

Saludos

Anónimo dijo...

¡Mel¡Lo logré!Al fín....Ya podré enviarte mis comentarios; pues son extraordinarios:Besos mil
kukilin

Anónimo dijo...

Melii...nena... como me haces reir...
bien paso aaca a dejarte mi saludete, nos vemos en el laburo jaja...besoteee
me voi a seguir leiendo (neutro)..
entendiste?? o te explico?¿? jaja!!
beso mell

gzen dijo...

Del 85, cual es mas desesperante la G o la I?