¡Oh por Dios!: Una araña en la pared.
Seis centímetros de largo,
patas flacas y es marrón
Se encuentra arriba de la puerta
mirando al techo con firmeza
y moviendo sus carnitas con dolor
Está a dos metros para arriba
y yo sin raid ni red,
tampoco un buen insecticida
que la queme como a un papel
Entonces una idea
de palo, elástico y ojota.
Esta última encadenada al primero,
pegoteados por un nudo fabricado con el segundo:
un aplasta arañas de pared.
Y salto y golpeo y erro
Y marco un cuarto creciente color gris en la pared
Y salto y golpeo y erro
y el bicho del infierno se mueve;
me cubro la cabeza y pausa.
Y ahora sí:
salto y golpeo y aplano
achicharro, desprendo y mato
a mi araña en la pared.
Cae rendida en una bolsa,
con sus patas entregadas,
el cuerpo frío... sí. Murió.
Una servilleta y un coraje,
la entierro entre los dedos,
(el papel amortigua el tacto)
y a su tumba la regalo,
en el tacho, en la cocina,
en lo más alto de la bolsa.
Chau araña del infierno,
chau mi bicho en la pared.
2 comentarios:
jajaja muy bueno!! Tiene ritmo y todo, me encantó!
Que linda y rítmica manera de relatar la muerte de una pobre araña! Me encantó!
Publicar un comentario