martes, abril 24, 2007

De Once al Purgatorio

La tarde del sàbado pasò por agua hasta a los cadàveres de Tiranosaurios Patagònicos que viven bajo la estaciòn Pasteur. La lluvia constante oscureciò mi baño que funciona sin luz desde hace màs de dos semanas, cuando luego de titilar por varios minutos, la làmpara que tan mal coloquè renunciò a su fatìdico trabajo de calentarse y ponerse amarilla para morir definitivamente y apegarse a su base con tanta potencia que sacarla resulta ser màs complejo que mirar fijamente a Rocìo Marengo sin mirarle las tetas o pensar que se garchò a Marley.
Como cagar o bañarse se convirtiò en una tarea complicada y espiritual en la que una cadena y el olor a sorete post verdura se mezcla insatisfactoriamente con el olor a vela, mi cuarpo generò que quisiera escaparme y nada mejor que salir de compras.
Paseando por Once lleguè a una galerìa donde posa una pollera rosa a la que si pudiera, le harìa una hija chihuahua, pero como el local estaba cerrado, tuve que adentrarme en el tùnel y buscar otro tipo de artìculos no vibratorios. Como a la noche tenìa una maravillosa fiesta, un regalo no podìa faltar. Ràpidamente descubrì una remera que perfectamente cuadraba con mi bùsqueda, la adquirì y ahì comenzò mi problema compulsivo. Un vestido me saludò desde el fondo. Tenìa tiradores, era negro, corto y pensè: "¿Si me compro esto Lucas me dirà que es de trola?". Muy probable... lo llevo entonces.
Con mi vestido y mi regalo, avancè ahora hacia la salida, mis compras estaban hechas, mi tarde caducaba y la lluvia habìa cesado. Hasta que vì las botas. Negras, abultadas, suaves y baratas... mirarlas hacìa recordar a Claudia Ciardone, dejar de mirarlas hacìa pensar cuànto las querìa.
Un muchacho de actitud de "necesitovenderunpardezapatosporfavorhoynovendinadamevanarajaralamierda" me ofreciò con desesperaciòn las botas, me acercò mi talle y fui feliz porque alguien comprendìa que NECESITABA esos zapatos altos y bellos y de novia de Jhon Travolta. Me saquè las zapatillas y antes de disponerme a levantar mi talle 41 al aire para ponerme a presiòn el mejor calzado del mundo, el muchacho me ofreciò... medias finitas.
Lo peor es que las trajo al instante. "Todas las clientas las usan", dijo alegre. Solo pude pensar en hongos. En viejas y en olor a pie de ganso del norte africano de Bali, en bermudas, caminando por el desierto y chupando de su dedo gordo cuanta gota de chivo gotee desde la raya del ojete.
Comprè las botas.
Al salir, una dama de ojos de oso hormiguero (tan boludo lo creìamos... es vengativo... bicho de mierda) comenzò a toser de forma desagradable, gargajeante y ya sin gracia, los paseantes la observaban pensando que su fin llegarìa en cualquier momento. Me acerquè. La hija de puta tuvo una arcada. No sabe que yo tengo un problema con los vòmitos y los casi vòmitos. No sabe que automàticamente sentì la necesidad de eliminar cada partìcula de alimento que me cruzaba el cuerpo sobre su cabellera tosiente, cagarle la espalda y odiarla por arruinarme mi paseo de compras.
Algùn motivo que surgiò de mi conciencia, me llevò a pedir alcohol en la zapaterìa. Le tirè encima a la señora. Le dije que respirara por la nariz, pero la muy yegua no podìa. Morìa ahogada y no podìamos hacer absolutamente nada. Me proyectè besàndole los labios cachufleros para darle aire, me vì desde el cielo yèndome al Purgatorio por no haber podido salvarla, entre nubes grises, Chiche Gelblum y el horòscopo mala onda de Clarìn. Me fui. La abandonè. El temor me abasallò, sus arcadas me cansaron, me hartaron, me desagradaron.
La culpa me abrumò. Llamè al 911. Fue mi primera vez. Esta semana, mi buena obra se encuentra cubierta. Los diarios del domingo no anunciaban la muerte de la vieja, por ende asumo su salvaciòn. Sì señora, gracias a mì.

12 comentarios:

Santi dijo...

Jajajaja.... La nueva superheroe de los pobres, que los salva de morir en la miseria y de ahogarse en calles publicas!!


Salúd

dejo el chivo

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Eduardo Coll dijo...

Muy bueno linda... Besos

Anónimo dijo...

besos de tu progenitora.te quiero.mama

congul gratis dijo...

Yo te recomendaría no tocar nada que encuentres en la calle, eso incluye viejas moribundas. Imaginate que tenga pus o algo muy infeccioso que se te contagie y tengas la misma muerte horrible... noooo, la proxima hacete la boluda y camina derechito y sin mirar atras hacia la salida mas cercana...

Julián Torrado dijo...

cual es la versión argentina de la mujer maravilla enfermera? MELISA!

Julián Torrado dijo...

bueno.. argentina y subdesarrollada

MARIA dijo...

Hijadeputa. Me pasa lo mismo con los vómitos, a veces me doy demás con el cepillo de dientes y me dan arcadas que me provocan más arcadas y cuando ya veo las lágrimas en mis ojos trato de contenerme y zafo. Pero que mierda los vómitos.

Albert dijo...

Esta bueno mimarse de vez en cuando... (lease comprarse de todo), pero mimar a los demas... mmm y menos a una vieja conchuda que anda regalando al mundo sus microbios, te llega a ver Telerman en ese momento y te mete para que lo acompañes en la lista, bajo el lema: "Juntos ayudamos a que la gente este bien!!!"

PD: Igual, yo tambien hubiese ayudado.

Anónimo dijo...

si te ibas sin hacer nada y alquien te veia y testificaba en contra tuya (en caso de que la vieja muriera) podias llegar a ir en cana por abandono de persona, pero no fue el caso, ojo con los hijos de putas que andan dando vueltas por ahi y que te pueden cagar la cochina existencia

Anónimo dijo...

ja
eso te pasa porq sos la eprsona mas buena q conoci!!
y ese regalito era para mi^^
y ya me lo estrene obvio!
y el vestido era mas q hermoso y las botas tb y estas mas linda q nunca y el sab tb estabas muy en pedo jaja
te kiero trola

Anónimo dijo...

Y no sólo "no tocar", como dice la paraguaya, sino dejar que tengan una muerte digna. ¿Para qué permitir que siga teniendo esa vida de pulmones y bronquios defectuosos? Que muera de una vez.

Anónimo dijo...

Qué grande... acabo de ver que tu vieja comenta. Juas. Si mi vieja llega a leer lo que escribo le agarra un aneurisma y capaz que se muere. Uy...

¡Mamaaaaaaaa...!